¡Junio nos envuelve con los colores del #Orgullo! Un eco poderoso de aquella madrugada valiente en Stonewall, Nueva York, cuando la dignidad se alzó contra el odio y que hoy es la referencia para que miles de organizaciones en el mundo se vuelquen a las calles en Nueva York y Paris, en Madrid, Estocolmo, Bogotá, México y Honduras, el mundo se viste con los colores del arcoíris 🌈 cuya luz llega incluso a pequeñas comunidades del sur del mundo en donde aun los derechos humanos no son vividos ni ejercidos plenamente.
Acá en nuestro suelo argentino, el Orgullo late con un pulso propio en noviembre como homenaje sentido a la organización «Nuestro Mundo”, ¡la primera semilla de activismo LGBTIQ+ en toda América Latina!, plantada con coraje allá por 1967 por nuestro querido compañero Héctor Anabitarte. Desde entonces hemos sido pioneras y pioneros, manteniendo una lucha constante que no se agota nunca más.
Hoy nuestro orgullo convoca cada año a millones. Quizás las personas más jóvenes desconozcan que aquellas primeras marchas de los 90 juntaban apenas a 300 valientes. Con rostros ocultos tras máscaras de cartón, pero poniendo el cuerpo por sus derechos que a muches no les alcanzó la vida para disfrutar pero cuya lucha fue la semilla que nos permitió hoy vivir nuestra sexualidad y nuestras identidades sin miedo, incluso para quienes desconocen o desprecian la batalla callejera.
Esa memoria viva, la de gigantes como Carlos Jáuregui, Nadia Echazú, Lohana Berkins, Diana Sacayán, Cesar Cigliutti y tantes referentes indomables, es el cimiento sólido sobre el que florecieron victorias que asombraron al mundo entero gracias a nuestra democracia con los principios de igualdad, libertad y justicia social: la cláusula constitucional de no discriminación por orientación sexual, el derecho a ser diferente y la Unión Civil para familias diversas en CABA, las leyes nacionales de Matrimonio Igualitario, que nos convirtió en una brújula de lo posible para nuestra región y continente; la Ley de Identidad de Género, un grito mundial que reconoció las identidades diversas con autonomía sin patologizar; y el Cupo Laboral Travesti Trans, un inicio urgente para comenzar a reparar décadas de exclusión y exterminio brutal.
Sin embargo hoy la mano visible del odio desea que volvamos a ponernos las máscaras. Un viento helado y cruel recorre nuestro país, nuestro movimiento LGBTIQ+ enfrenta un presente que enciende las alarmas no solo por el desprecio hacia nuestra libertad de ser, sino por su renovada crueldad para ejercerlo.
En este escenario desolador, el llamado a «Unir las Luchas» resuena con la fuerza incontenible de un imperativo moral. Nos urge a tejer alianzas con todos los movimientos y organizaciones que también resisten este embate oscuro. Con los feminismos porque somos mujeres y madres, con los despedidos porque somos trabajadores, con la universidad pública porque somos estudiantes y profesores, con las personas discapacitadas, con los científicos y científicas, con las jubiladas porque también somos adultos mayores. ¡Porque nuestra lucha por los derechos LGBTIQ+ no es una isla solitaria! Es parte indisoluble de la lucha colectiva por una sociedad radicalmente más justa para todos, todas y todes.
¡La historia del movimiento LGBTIQ+ argentino es resiliencia imparable! Ante este panorama adverso, trabajaremos sin descanso por la memoria, la justicia y la celebración de la diversidad, por la memoria de quienes abrieron camino con tanto coraje.
¡No podemos, no debemos ser indiferentes!
Es el momento de alzar la voz para romper el silencio.
Es el momento de organizarnos con inteligencia y pasión.
Es el momento de resistirnos a la opresión y la injusticia.
Y como siempre, en unión, porque nadie se salva sola ni solo. #SomosORGULLO